GROUND | Psicólogos en línea Quito Ecuador - Terápias y tratamientos ansiedad miedo depresión

¿Cuáles son las diferencias entre terapias y tratamientos psicológicos?

diferencias-entre-terapias-y-tratamientos-psicologicosEn el mundo de la terapia existen distintas perspectivas que tratan los problemas de manera diferente.

Si quieres saber qué tipos de psicoterapia existen, te cuento un poquito acerca de los distintos enfoques más usados actualmente.

Antes, te cuento algunas de las razones por las que podrías considerar ir a terapia:

  • Tienes muchos pensamientos negativos, has perdido la motivación y casi siempre estás con muy baja energía
  • Perfeccionismo y postergación constante de tareas (incluso sencillas)
  • Te sientes inferior y con baja autoestima
  • Estás irritable todo el tiempo, piensas que ‘todo el mundo’ está en tu contra y todo te estorba.
  • Hace mucho que no sientes alegría, te sientes malhumorado frecuentemente
  • Sientes miedo frecuentemente y te pones ansioso con facilidad
  • Te cuesta relajarte, casi siempre estás tenso y preocupado por el futuro. Ahora sí, te cuento un pequeño resumen de los distintos enfoques más usados como terapias psicológicas.

1. Terapia psicoanalítica:

Tiene su origen en el modelo propuesto por Freud, padre del psicoanálisis. Se basa en el análisis de los conflictos inconscientes que se originan en la niñez. El psicoanálisis postula que lo incosnciente reprimido es la causa de los problemas que enfrenta el sujeto en su vida y su meta es traer a la conciencia este material inconsciente y elaborarlo. Su técnica más común es la ‘asociación libre’ que busca que el paciente exprese en la sesión todas sus ideas, emociones, pensamientos e imágenes tal y como se le presentan, sin reprimirlas. Una vez el paciente se ha expresado, el psicoanalista determina qué factores, dentro de estas manifestaciones, reflejan un conflicto inconsciente. Este modelo también se centra en los mecanismos de defensa, que son maneras precarias de resolver los conflictos y pueden dar lugar a trastornos mentales y de conducta, y en casos más extremos somatizaciones de dichos conflictos.

2. Terapia cognitiva conductual:

Consiste en una serie de técnicas que se centran en enseñar al paciente habilidades para afrontar mejor los distintos problemas. Se basa en la idea de que lo que pensamos sobre las diferentes situaciones afecta a nuestra manera de sentirnos y comportarnos. Por ejemplo, si interpretamos una situación como algo negativo, experimentaremos emociones negativas y eso nos provocará que nos comportemos de una manera poco funcional. El objetivo es identificar y cambiar patrones de pensamiento, conducta e interacción con el entorno. En definitiva, adquirir estrategias más adaptativas para enfrentar situaciones percibidas como amenazantes que en realidad no lo son (aquí se encuentran varias fobias).

3. Terapia Humanista:

El enfoque humanista, que surge después del psicoanálisis y el conductismo es “la tercera ola” de la psicología. Dentro de este enfoque la más importante es la terapia centrada en la persona de Carl Rogers o terapia Rogeriana (junto con la terapia Gestalt). Tiene un corte más existencial y se enfoca en el desarrollo de las potencialidades humanas más que en la resolución de conflictos. Su objetivo es permitir que el paciente (al que Rogers prefiere llamar cliente) tenga el control de su propia terapia. La terapia centrada en la persona confía en que a través de una sólida relación terapéutica, la escucha empática y de aceptación positiva incondicional, sumado a la autenticidad del terapeuta, sea el mismo consultante quien interprete su experiencia. Además es un enfoque basado en la pirámide de las necesidades humanas de Maslow, quien asegura que si la persona tiene un entorno favorable (en este caso el espacio terapéutico), su tendencia va a ser hacia la actualización y desarrollo de sus capacidades.

4. Terapia Gestalt Relacional:

La terapia Gestalt estudia la relación del organismo y el entorno y lo que llama el ajuste creativo. La mayoría de enfoques se centra en el organismo como si este fuera independiente de su entorno. Desde esta perspectiva la unidad mínima del ser humano es la relación ya que no vivimos en soledad. Esta terapia también se enfoca en los vacíos de la personalidad. Estos vacíos corresponden a aspectos negados de la personalidad que deben recuperarse o asuntos inacabados que buscan completarse a través de las distintas técnicas que emplea. Entre las técnicas más conocidas están la silla vacía, el trabajo con polaridades, la amplificación, la expresión, la supresión de la expresión, etc.

Este enfoque se ha nutrido de diversas disciplinas desde el teatro, el trabajo corporal, el psicoanálisis, terapia sistémica, hasta del budismo zen, lo que hace de la Gestalt una terapia integral que trabaja con las dimensiones emocional, somática, relacional y espiritual. Una variante de la Gestalt tradicional tiene un enfoque más relacional que incorpora la presencia del terapeuta como parte crucial del campo del paciente, convirtiéndose este en un representante del Otro en su vida y le permite explorar cómo se relaciona con el mundo en el espacio terapéutico. La perspectiva relacional también hace de este enfoque muy humano y respetuoso lo que promueve la transformación.

5. Terapia sistémica:

Es un modelo que fue aplicado inicialmente para relaciones de pareja, equipos de trabajo, contextos escolares e individuales, pero ha ido cambiando en el tiempo y ahora también se usa para terapia individual sin que acuda a terapia la pareja, la familia o los miembros implicados. El énfasis está puesto en los procesos de comunicación e interacción entre los miembros de un sistema, sus dinámicas y patrones relacionales. En el caso de la terapia sistémica individual el enfoque está en analizar el contexto y el entorno del consultante y las estrategias terapéuticas se proponen partiendo de cómo funciona el sistema y cuál es el rol que la persona ocupa en dicho sistema. También postula que la persona que tiene un padecimiento psicológico grave en la familia, suele ser quien manifiesta los síntomas de un sistema disfuncional y no una persona aislada con un conflicto intrínseco. La

Terapia Breve es otra rama dentro de la terapia sistémica que se utiliza para lograr ayudar a alcanzar objetivos en el menor tiempo posible. La terapia Gestalt también se ha nutrido de este enfoque.

 

ventajas-de-los-tratamientos-en-linea

¿Cuáles son las ventajas de los tratamientos en línea?  

A raíz de la pandemia nos hemos dado cuenta de la gran capacidad de adaptación y resiliencia que tenemos los seres humanos. Hemos encontrado formas para hacer de este encierro en algo productivo y transformador. muchos hemos iniciado emprendimientos, otros han transformado sus negocios físicos en virtuales, iniciado un curso que postergábamos hasta “tener tiempo” o concluido algún proyecto que nos costaba cerrar. Nuestra vida ha dado un salto en todo sentido. Incluso, hemos encontrado la manera (y esto es más importante de lo que pensamos) de mantenernos en comunidad, que es justo lo que nos hace y mantiene humanos y saludables.

Este punto tiene mucho que ver con lo que trata este post ya que como seres humanos nos las hemos ingeniado para continuar vinculados a pesar de la adversidad. ¿Quién de nosotros no ha celebrado un cumpleaños o participado en una reunión virtual? La pandemia, entre tantos aprendizajes, nos ha regalado la oportunidad de descubrir que las distancias pueden ser acortadas fácilmente y que mucho de lo que antes creíamos imposible, no lo es.

El “boom” de la terapia virtual es uno de los claros ejemplos de las facilidades, inmediatez y eficacia que nos ofrece la virtualidad. Aquí, algunas ventajas de este tipo de terapia:

  1. Riesgo cero de contagio. Aunque utilicemos toda la seguridad del caso, siempre hay un riesgo, por mínimo que sea, de exposición al virus que hasta hoy, sigue siendo una amenaza mundial. A través de un proceso en línea de terapia este riesgo queda totalmente eliminado. Una reunión en línea es la forma más segura de contacto y es igual de efectiva que una en modo virtual.
  2. Comodidad. Aunqueno lo creas, la posibilidad de estar en tu espacio íntimo, con la ropa que quieras y en el rincón de tu casa que más te guste, puede hacer una gran diferencia (positiva) a la hora de tomar terapia. Muchas personas me han contado que se sienten más seguras y más abiertas al estar en su “territorio” y que esto influye positivamente en su disposición a compartir sus problemas personales más íntimos.
  3. Ahorro de dinero y tiempo: Varios terapeutas han establecido costos menores para sus sesiones en línea lo que ayuda a que tomar terapia ya no sea un “lujo” al que pocos pueden acceder, sino una necesidad humana de bienestar que tiene tanta importancia como comer bien, mantenerse activo o descansar. También nos permite ahorrar muchísimo tiempo ya que no tiene nada que ver tener que movilizarnos hasta el lugar de la consulta, que simplemente conectarte a la hora acordada. Incluso el cambio de horario o los retrasos son más flexibles por esta misma razón.
  4. La continuidad del proceso es más fácil. Por todas las razones anteriores es mucho más fácil que la persona cumpla sus citas, esté a tiempo en la sesión y se sienta más dispuesta a abrir su mundo íntimo a través de esta modalidad lo que ayuda a que el proceso no se interrumpa tanto como en una modalidad presencial en la que el esfuerzo y logística es mayor.

Ya ves, ahora ya no hay pretextos para seguir postergando algo tan importante como es conocerte, trabajar en ti y darte un tiempo de calidad. Te lo mereces!

 

terapias-para-tratar-la-depresion

¿Qué terapias son recomendables para tratar la depresión?  

Si hay emociones que tienen un estigma, la depresión es una sobre la que existe mayor desconocimiento. Primero me gustaría contarte algo que me parece revolucionario de la perspectiva Gestalt y es que la depresión, al igual que otros transtornos de ánimo, no es considerada un padecimiento individual, sino un problema de la relación. Te lo pongo más claro, desde esta perspectiva terapéutica no hablamos de enfermedades mentales de la persona como entidad separada, sino como un ser en relación. La depresión tiene mucho que ver con un aislamiento real o voluntario ya que la persona siente que no tiene apoyo del ambiente o que solo puede confiar en sí misma.

Esto, por supuesto, se debe a un momento en la vida en el que realmente no hubo apoyo y sin apoyo la persona no puede desarrollar su potencialidad (nadie puede desarrollarse en soledad, somos seres relacionales). Es posible que actualmente este apoyo exista, pero que la persona se haya vuelto tan autosuficiente o ensimismada por esta experiencia previa de falta de contacto que ahora le cueste confiar, pedir apoyo y nutrirse de los vínculos.

La depresión también puede presentarse como una respuesta funcional frente a varios factores: un duelo no vivido, un aislamiento prolongado que desnutre a la persona, incluso puede ocurrir frente a emociones temidas como el enojo. Detrás de una experiencia depresiva puede haber un gran temor a la propia agresividad. Este temor puede hacer que la persona se sienta más segura deprimiéndose que enojándose. Algo que trabajamos mucho en terapia es que la persona pueda reconectarse con su propia agresividad lo que le permite poner límites más claros, volverse más productiva, sentirse más vital, entre otra.

La experiencia depresiva es un fenómeno complejo y sería muy ambicioso tratar de abarcar toda esa complejidad en un solo post. Lo que me gustaría que sepas de la depresión son dos cosas muy importantes:

  1. Es un fenómeno de la relación y no de un individuo separado.
  2. No es una experiencia negativa. De hecho puede ser funcional.

Existen varios enfoques terapéuticos y cada persona es libre de elegir el que más se ajuste a su personalidad y necesidad. Los enfoques que más efectivos para tratar las experiencias depresivas son enfoques que nos permitan un contacto libre con nuestra agresividad natural y también con nuestra tristeza. De preferencia, terapias que no solo se enfoquen en hablar acerca de las emociones, sino en vivenciarlas y poder expresarlas verbal y físicamente.

La terapia Gestalt

Este tipo de terapia es una combinación de varias corrientes, desde el budismo, el mindfulness, el teatro, la bioenergética lo que permite un amplio espacio de aceptación y respeto para las distintas dimensiones humanas. Además, es un enfoque que está centrado en la expresión directa, en el que evitamos las triangulaciones. Es decir, preferimos “hablar con” que “hablar de”. Si por ejemplo, la persona habla acerca de alguien, en terapia, le proponemos imaginar a esta persona en frente y decírcelo diréctamente. El hablar acerca de es una de las formas más comunes con las que evitamos el contacto con nuestras emociones y con los demás. Algo tan sencillo como la comunicación directa puede ser muy movilizador y ayudar a la persona a que salga de su “cueva” y se ponga en contacto con el otro y con el mundo, lo que es en sí, un paso fuera de la experiencia depresiva.

 

terapias-para-tratar-la-ansiedad

¿Qué terapias son recomendables para tratar la ansiedad?  

La ansiedad, junto con la depresión es uno de los temas más abordados en las consultas terapéuticas. Generalmente, la ansiedad es concebida como algo negativo que hay que eliminar, pero la ansiedad es simplemente un síntoma de nuestra relación con el entorno. La ansiedad es una forma en la que interrumpimos la percepción de ciertas emociones o necesidades que consideramos amenazantes. Si, por ejemplo, de niños no podíamos llorar porque nos decían que “los niños no lloran”, es posible que en la vida adulta, cada vez que aparece la vulnerabilidad nos pongamos ansiosos o avergonzados porque una vez estos sentimientos no fueron apoyados.

Es importante recalcar (como en el caso de la depresión o de cualquier otro trastorno del ánimo) que´la ansiedad es un fenómeno de la relación y no de un individuo separado del mundo, es una co-creación con el ambiente. Cuando no existe un soporte adecuado del entorno, especialmente en la infancia que es cuando estamos formando nuestra personalidad, desarrollamos mecanismos de evitación para ciertos sentimientos y expresión de ciertas necesidades que percibimos como peligrosas. La ansiedad surge como una forma de dejar de percibir lo amenazante. Si por ejemplo vivimos el enojo como amenazante, cada vez que surja el enojo nos pondremos ansiosos o cada vez que aparezca el llanto, nos pongamos ansiosos para evitar percibir nuestro dolor. La ansiedad se parece mucho a la vergüenza ya que es un sentimiento secundario o de “camuflaje” y no una emoción primaria. Podemos decir que la ansiedad es una reacción frente a una emoción que es sentida como peligrosa.

Hay muchos abordajes frente a la ansiedad. Actividades como practicar un deporte, la meditación, un hobby, pueden ayudarnos a sobrellevarla o descargarla, pero lo más importante es descubrir lo que se evita y que la ansiedad simplemente sirve para camuflarlo. Si no descubrimos lo evitado, cada vez que aparezca nos pondremos ansiosos. La terapia Gestalt explora las conductas evitadas y les da espacio para ser acogidas y vivenciadas para que pasen a formar parte de la personalidad y ya no sean vividas como algo peligroso. Recuerda que puedes aprender a vivir con ansiedad y darle salida a través de actividades que la mitiguen un poco o puedes descubrir lo que evitas y darle lugar en tu vida, ampliar tu personalidad y perder el miedo a estos aspectos de ti que te asustan. 

 

como-puedo-tratar-el-miedo

¿Cómo puedo tratar el miedo? 

El miedo es una de las emociones consideradas como negativas y no lo es. El miedo es una señal como lo es cualquier otra emoción que nos informa de una necesidad y de nuestra relación con el entorno. Nos dice Norberto Levy:

“Así como en el plano físico cada órgano (hígado, cerebro, riñones, corazón) cumple una función específica y necesaria, en el universo emocional cada emoción cumple también una función de igual importancia. Existen emociones que nos informan acerca de lo que tenemos (alegría, gratitud, confianza, solidaridad, etc.) y otras que nos informan acerca de algo que nos falta (tristeza, miedo, envidia, culpa, etc.) A estas últimas se las suele llamar «negativas», y no lo son. Son en realidad valiosísimas señales que nos remiten a problemas que estamos experimentando en ese momento. Por ejemplo, el miedo es la sensación de angustia que nos informa que hay una desproporción entre la amenaza que enfrentamos y los recursos que tenemos para encararla. Si el peligro tiene “valor diez” y los recursos son también “valor diez” no se producirá miedo.”

El miedo no es una emoción de la que nos debemos deshacer, simplemente porque esto no es posible. Para que el miedo deje de aparecer, es necesario que nuestros recursos estén a la altura de la situación temida. Si voy a dar una conferencia y no sé de lo que voy a hablar o no me siento tan preparado, es natural que sienta miedo. Si mi felicidad depende completamente del otro, tendré mucho miedo de que se vaya porque no tengo recursos para estar solo.

El miedo aparece mientras sea necesario, es un indicador de los vacíos en mi personalidad y así también es un gran regalo porque no está en mi contra, sino que opera a mi favor, mostrándome lo que me falta incorporar. La mejor forma de “tratar” el miedo es descubriendo lo que evito y atreviéndome, junto con el apoyo terapéutico, a vivir lo evitado y descubrir en ello mis propios recursos. Es imprescindible recordar que, incluso el auto-apoyo, se desarrolla en un vínculo sano, no es algo que lo podemos hacer en soledad, necesitamos de una relación de apoyo que nos ayude a desplegar nuestro potencial. Por esto un espacio terapéutico de aceptación incondicional, calidez y apoyo, es el mejor catalizador del crecimiento. El miedo no se soluciona venciéndole, sino atendiendo a su mensajes.

 

sintomatologia-del-miedo

¿Cuál es la sintomatología del miedo? 

El miedo se presenta de varias formas, a veces lo percibimos como miedo y en muchas ocasiones se camufla como otras emociones que nada tienen que ver con el miedo. Por ejemplo, podemos camuflar el miedo con enojo, con vergüenza o con ansiedad. Esto ocurre cuando el miedo es considerado una emoción negativa, entonces la reemplazamos por otra emoción más cómoda. Generalmente, el enojo o la “fuerza” son actitudes más aceptadas en la cultura. Suena mejor a que nos digan que somos “fuertes” a que nos digan “miedosos”. Así que no siempre es fácil discernir el miedo porque puede estar tapado por otras emociones más aceptables para le persona. El miedo siempre es la percepción de una carencia para responder frente a una amenaza. Me indica que tengo menos recursos de lo que la situación demanda. Si no me he preparado para dar una conferencia es natural que sienta miedo, si no puedo estar solo es natural que surja mucho temor a que el otro me deje, si dudo de mi capacidad de mantenerme, es natural que aparezca miedo de que mis padres me quiten el apoyo económico. El miedo es como la señal en el tablero del auto que me informa de que algo no anda bien, me falta gasolina, aceite, agua o una llanta está ponchada. EL problema no es la señal en el tablero, desconectar el tablero no solucionaría nada. Así como no soluciona nada ignorar el miedo o luchar contra el miedo.

Como te contaba anteriormente, el miedo puede verse como:

Depresión
Enojo sin razón aparente
Ansiedad
Mal humor
Incomodidad
Fastidio
Aislamiento
Co-dependencia

También se manifiesta como:

Miedo a la libertad
Miedo al amor
Miedo a sentir
Miedo a elegir
Miedo a la acción
Miedo a la vida

El miedo es una emoción muy funcional que, en su medida justa, nos informa de nuestros límites, de lo que podemos y de lo que nos falta. Nos informa también de que nuestra supervivencia podría estar en peligro, algo totalmente funcional. El miedo no es disfuncional en sí porque siempre nos muestra de los recursos que nos faltan para enfrentar algo percibido como amenaza. Y muchas veces se camufla para evitar sentirlo ya que es considerada una emoción un tanto vergonzoza.

 

terapias-para-tratar-el-miedo

¿Qué terapias son recomendables para tratar el miedo? 

En lugar de enfocarnos en perder el miedo, lo más eficaz es desarrollar los recursos faltantes para estar a la altura de la situación temida. El miedo no es malo, es sencillamente, un indicador de que no tenemos lo que hace falta para hacerle frente a algo percibido como amenazante. Es importante recalcar que no existen miedos globales. Los miedos son subjetivos. Para alguien que teme su autonomía, tendrá mucho miedo al abandono. Para quien teme perder su individualidad, tendrá temor de las relaciones. La mejor forma de tratar el miedo es enfocarnos en desarrollar los recursos que a la persona le hace falta para hacer frente a lo que evita.

La terapia Gestalt es una terapia que se dedica específicamente al desarrollo de las potencialidades humanas. Desde este enfoque no resolvemos el miedo, sino desarrollamos recursos propios como: auto-apoyo, autonomía y contacto con la propia agresividad natural. Cuando estos aspectos de la personalidad se incorporan, naturalmente, el miedo ya no tiene para qué aparecer porque los recursos están a la altura de las circunstancias. La evitación nunca será la mejor respuesta frente al miedo porque tarde o temprano lo que evitamos irrumpirá causando mucho malestar. Es más, entre mayor sea la evitación, mayor será el temor.

 

sintomatologia-de-la-depresion

¿Cuál es la sintomatología de la depresión? 

La depresión no siempre se presenta como tristeza. Una persona activa y aparentemente muy funcional, podría estar atravesando una experiencia depresiva. La depresión es un ajuste creativo como cualquier otro modo de interrupción del contacto. Es la reacción que la persona encontró más apropiada para hacerle frente a una determinada situación. Si, por ejemplo, una persona niega su agresividad de forma prolongada, la reacción más “económica” para el organismo será deprimirse. Incluso la melancolía se instaura como parte del carácter y la persona ya no tendrá que que inhibir continuamente su agresión. Esta inhibición se vuelve, incluso, un bloqueo muscular crónico que impedirá el paso de los impulsos agresivos. Así, la depresión es un ajuste creativo para manejar una emoción temida, que generalmente es el enojo.

Otro síntoma común de la depresión es el aislamiento y este tampoco es tan fácilmente discernible, ya que podemos mantenernos aislados del entorno aunque estemos rodeado de otras personas. La cercanía física no significa contacto. Cuando las fronteras del ego son demasiado rígidas y la persona no se abre al contacto por miedo a la fusión, a perderse en el otro y perder sus límites, se aisla del otro y del mundo. Este aislamiento también se manifiesta en una rigidez intelectual y física que impide el contacto con el mundo. La rigidez de las fronteras es una respuesta frente a una falta de apoyo a la individualidad de la persona en la infancia, lo que hace que esta se amuralle para defenderse de la invasión del entorno. Este fue el mejor ajuste que pudo hacer en su momento, pero es probable que hoy, le cueste la entrega y el intercambio nutritivo con el entorno, algo que también lleva a una experiencia depresiva. Como dice Gianni Frnacesetti, “la experiencia depresiva es la imposibilidad de llegar al otro.

El trabajo terapéutico no consiste, de ninguna manera, en luchar contra los síntomas, sino ayudar a que la persona despliegue sus recursos personales, restaure su confianza en el entorno y exprese su agresividad natural libremente. El espacio terapéutico es el lugar más seguro para ensayar estos aprendizajes antes de llevarlos a nuestras relaciones fuera de la consulta.

 

sintomatologia-de-la-ansiedad

¿Cuál es la sintomatología de la ansiedad? 

Sentir ansiedad ocasionalmente es natural, la ansiedad no es negativa. Sin embargo, las personas con experiencias ansiosas frecuentes tienen preocupaciones desproporcionadas, miedos intensos y persistentes. La ansiedad se presenta, generalmente frente a emociones amenazantes o frente a imaginaciones catastróficas. De hecho, podemos utilizar estas fantasías como una evitación del presente, generándonos ansiedad. Cuando la ansiedad llega a su pico más elevado y se convierte en terror, experimentamos lo que se conoce como ataque de pánico.

Los sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de manejar y no corresponden con el peligro real, auqnue es vivido como tal al ser una experiencia totalmente subjetiva. Para prevenir estos sentimientos incómodos, es posible que empecemos a evitar lugares o situaciones que podrían desencadenarlos, conviertiéndose esta misma evitación de la ansiedad en el cículo vicioso que sigue alimentándola. Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la adultez.

Los síntomas más comunes de ansiedad son:

Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
Aumento del ritmo cardíaco.
Respiración acelerada.
Sudoración.
Temblores.
Sensación de debilidad o cansancio.
Malestar estomacal
Afecciones en la piel.

 

como-tratar-la-ansiedad¿Cómo puedo tratar la ansiedad? 

Ir hacia la novedad y la expansión es un impulso vital. Sentir nuestros deseos y movernos hacia su satisfacción nos permite crecer. Este impulso de expansión fue truncado por el ambiente de varias maneras. Por ejemplo, si nos dijeron que “los niños buenos no se enojan”, es probable que hayamos bloqueado nuestra agresividad y en la vida adulta, cada que quiera aparecer esta agresividad natural, sentiremos ansiedad.

La ansiedad es sentida cuando no se percibe un apoyo adecuado del entorno para dar rienda suelta al impulso natural hacia el crecimiento. Este apoyo es especialmente importante en la infancia cuando estamos desarrollando nuestro sistema de auto-apoyo y confianza en el entorno. Generalmente, vivimos esta falta de apoyo a nuestras necesidades infantiles como experiencias traumáticas. En la vida adulta, cada vez que surja estas necesidades interrumpidas la ansiedad aparece como evitación de volver a vivir la experiencia dolorosa.

Entre las causas más comunes de la ansiedad están:

Las fantasías catastróficas: Pensamientos de anticipación y miedo a un futuro imaginado incontrolado y terrible. Lo que en la Terapia Gestalt llamamos Fantasías Catastróficas, son escenarios supuestos que vivimos como reales.

Cuando surge una emoción o necesidad peligrosa: Cuando aparece una emoción temida como el enojo, el miedo o cualquiera que nos haga sentir fuera de control o que, simplemente, no coincide con las emociones permitidas por nuestras personalidad, es probable que surja ansiedad. Todas la emociones apuntan a una necesidad, cuando estas emociones son bloqueadas, también lo son las necesidades correspondientes. Cada vez que surja la necesidad interrumpida o la emoción peligrosa, surge la ansiedad.

La novedad: Cuando entramos en contacto con lo nuevo, con lo que “no soy yo” podemos experimentar ansiedad. Especialmente si no hemos tenido una experiencia de apego saludable. La novedad puede generarnos mucho temor a perder nuestros límites. Esto se da, especialmente, en casos en los que nuestros límites no fueron respetados y optamos aislarnos para defender nuestra identidad.

Para tratar la ansiedad, lo más importante es saber lo que la persona evita y generar un espacio seguro para que se arriesgue a vivir lo temido. Esto solo es posible en el marco de una relación terapéutica y de apoyo, ya que lo que nos pasó en relación (heridas, traumas, carencias) solo puede ser rectificado en relación. La ansiedad no es una respuesta del individuo aislado, sino un síntoma de la falta de apoyo del entorno, real o percibido.

 

¿Cómo puedo tratar la depresión? 

En la experiencia depresiva, la persona vive atrapada por la desconfianza de un entorno percibido como amenazante y de su incapacidad de defenderse ante cualquier riesgo que surja en el contacto. La tristeza no significa depresión. En su función natural, la tristeza nos permite reflexionar, distanciarnos del entorno y fortalecernos. En la depresión el distanciamiento se vuelve un estado crónico de no-contacto y reflexión exagerada que nos causa desnutrimiento afectivo y miedo a vivir.

“La separación rígida con el entorno provoca el aislamiento. El aislamiento está caracterizado por un repliegue crónico, una ausencia de conexión con el entorno. La frontera-contacto está cerrada de manera rígida y es impermeable, como una pared. Esta impermeabilidad bloquea la asimilación de un alimento adecuado abastecido por el entorno. Cuando las personas están atascadas en el aislamiento, son “fóbicas a la confluencia”, tienen miedo de ser engullidas o de ser poseídas por los otros, incluso aunque deseen la intimidad. Los estilos que están asociados a esto, pueden engendrar la rebelión, el conflicto, las luchas de poder, una agresividad pasiva, un arreglo de las cosas para ganar o perder y un repliegue como estrategias de evitación.” ( Swanson, 1988)

Para tratar la depresión no hay que luchar con los síntomas. Para empezar debemos promover un entorno respetuoso y seguro para que la persona pueda salir de esta pauta y vencer, principalmente, la fobia al contacto. Desde la perspectiva de la terapia Gestalt, es necesario que la persona tenga una experiencia de contacto nueva y segura. En este sentido, el terapeuta es el “nuevo entorno” que esta vez puede brindarle a la persona la oportunidad de una experiencia distinta, donde hubo en el pasado una experiencia traumática. Este contacto es en sí sanador porque al “autoregulación” es, en realidad, una co-regulación con el ambiente.

ground-logo-psicologos-quito

Ground
Espacio Terapéutico.

Humboldt N31-136 y José Gomez
09-9-293-4136
info@ground.com.ec